Condición
de una persona que presenta 2 tipos diferentes de discapacidad, deficiencias
sensoriales, visual y auditiva, que se manifiestan en mayor o menos grado; esto
provoca en la persona problemas de comunicación, por cual es necesario
identificar las necesidades especiales derivadas de estas y abonar que el
individuo se desenvuelva en el entorno.
Afecta
de manera grave las habilidades diarias, que son las necesarias para una vida
autónoma, es por eso que se requiere de servicios especializados, de manera
personal y los métodos necesarios y adecuados para una efectiva comunicación.
La
persona con sordoceguera tiene más restringidos los estímulos que si sufriera
limitaciones en uno solo de los sentidos, y es importante considerar que las
técnicas que se incluyen en los programas dirigidos a las personas ciegas o a
las personas sordas se basan precisamente en la utilización intensiva del
sentido que conservan. Por eso, es necesario poner en práctica otras
metodologías, tanto en la educación de los niños como en la habilitación y
rehabilitación de los jóvenes y los adultos, basadas en el aprovechamiento no
sólo de los posibles restos de vista y oído, sino también de los demás
sentidos, fundamentalmente el tacto.
El problema afecta de manera diferente a cada
persona, según la edad de aparición de la sordoceguera.
En función de una serie determinada de
factores, la población de personas con sordoceguera se podría agrupar de la
siguiente forma:
1. Las personas con sordoceguera congénita y
todas aquellas que padecen sordoceguera, antes de la adquisición del lenguaje.
2. Personas con sordoceguera adquirida: Aquellas
que nacen sordas, y padecen una pérdida significativa de visión o ceguera años
más tarde, como sucede con el síndrome de Usher tipo I.
2.2 Las personas que nacen ciegas o con una
pérdida significativa de visión cuyos problemas de audición se manifiestan con
posterioridad.
2.3 Las que presentan dificultades
significativas en la vista y el oído, después de adquirir el lenguaje.
Etiologías
Los nacimientos prematuros, la meningitis y
síndromes diversos como el de CHARGE, entre otros, son hoy las principales
causas de sordoceguera congénita. La rubéola, aunque aún se atienden a muchas
personas afectadas, ha dejado de ser una causa importante de sordoceguera
gracias a la posibilidad de vacunación de las mujeres en la edad de gestar.
como causas más frecuentes de sordoceguera
adquirida. Ambas enfermedades son de origen congénito pero la sintomatología
que convierte a la persona en sordociega aparece más tarde.
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